Emprendimiento Social: en busca de un concepto para el Perú


Por: Prof. Susy Caballero Jara

M.Sc. International Development Studies por la Universidad de Amsterdam y administradora por la Universidad del Pacífico. Especializada en responsabilidad social empresarial y empresas sociales. Actualmente es profesora e investigadora de la Universidad del Pacífico.

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Las empresas sociales nos han acompañado desde hace muchos años; sin embargo, no las teníamos conceptualmente identificadas como tal por lo que pasaron desapercibidas. De hecho, recién hace dos décadas se empezó su estudio a nivel académico. Se podría decir que estas nacieron de manera natural por la necesidad de las personas de asociarse para proveer de servicios sociales a sus ciudadanos más necesitados.
Esta espontaneidad llevó a que las empresas sociales se “moldeen” según las particularidades políticas, sociales y económicas propias de su país o región; lo cual ahora se ve reflejado en las diferencias conceptuales existentes. 


En Estados Unidos, tras un periodo de apoyo significativo al tercer sector, el gobierno recortó su presupuesto dirigido al mismo, lo que llevó a las ONGs a buscar cómo generar sus propios ingresos para sostenerse. Para ello, las ONGs se apoyaron en fundaciones y consultoras que las asesoraron para aplicar métodos de negocios a sus estrategias de generación de ingresos. De esta manera, siguiendo la cultura capitalista del país, las ONGs entran al mercado como un jugador más. Es así, que el primer concepto que nació en EEUU fue el de “uso de actividades comerciales por organizaciones sin fines de lucro para sostener su misión social”1. Las actividades comerciales no necesariamente estaban relacionadas directamente a la misión social de la ONG.


Otro movimiento fuerte en EEUU lo lideró la organización Ashoka, que puso énfasis en el emprendedor social como un agente de cambio; es decir, como una persona que identifica problemas sociales y trabaja apasionadamente para lograr un cambio en el sistema de manera innovadora. Sin embargo, el enfoque de Ashoka se limitaba al tercer sector y se refería solo a emprendedores sociales, no a empresas sociales.


En los últimos años, el movimiento “B Corps” (Benefit Corporations) ha surgido en EEUU por la necesidad de tener una nueva forma jurídica que permita a las organizaciones con fines de lucro maximizar beneficios sociales y ambientales, además de los económicos. Bajo el marco legal tradicional era ilegal buscar otros objetivos que no sean los de los accionistas, que suelen ser meramente económicos. Desde el 2010 a la fecha, la iniciativa B Corps ha logrado que 12 Estados integren esta nueva forma legal a su marco jurídico2.


Por su parte en Europa, el movimiento de empresas sociales empezó con las cooperativas y siempre estuvo ligado a la extensión de la democracia e igualdad de oportunidades para los ciudadanos. De hecho, las empresas sociales europeas enfocaron su trabajo principalmente en la integración laboral de personas excluidas. A la fecha, se mantiene el apoyo estatal (marco legal ad hoc, subsidios, desgravación fiscal, etc) hacia las empresas sociales, lo que permite que estas no se basen totalmente en estrategias de generación de ingresos en el mercado para sostenerse. Este apoyo va alineado con el esquema de Estado de Bienestar de Europa Occidental. EMES (European Research Network), una red de académicos europeos que estudia las empresas sociales en Europa, se refiere a ellas como organizaciones sin fines de lucro que proveen bienes o servicios relacionados directamente con el beneficio social que quieren crear.


Además, tenemos el gran aporte de Muhammad Yunus, creador del Grameen Bank (microfinanciera que cambió el mundo de las finanzas). Para él, basado en su expertise internacional pero principalmente en su natal Bangladesh, las empresas sociales son organizaciones con un fin social que deben buscar a la vez la sostenibilidad económica para repotenciar o fortalecer su fin social. Los inversionistas pueden recibir de vuelta su inversión, pero el resto de utilidades se deben reinvertir (salvo casos en que los dueños son personas pobres, a quienes sí se reparten dividendos)3.


Para Latinoamérica, la red SEKN plantea el concepto de “iniciativas de mercado desarrolladas por organizaciones de la sociedad civil y  por  cooperativas”4.  Mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un estudio sobre empresas sociales de Latinoamérica, señala que lo distintivo es que la empresa social utiliza un enfoque de mercado para generar sus ingresos y cumplir su misión social; y que su estructura puede variar5. En Perú, el estudio de este tipo de organizaciones es nuevo. Por lo que deberíamos partir con una mirada amplia y después afinar el concepto según sea necesario. En la UP, un equipo de investigadoras ha iniciado un estudio para conocer los perfiles de los emprendedores sociales en el Perú. En él se planea definir a la empresa social como una organización (empresa, ONG, fundación, cooperativa, asociación, etc.) que nace con la misión de dar solución a algún problema social o ambiental de manera innovadora. Además, es  autosostenible, es decir, para operar no depende exclusivamente de donaciones sino que genera sus propios ingresos a través de transacciones comerciales en el mercado (oferta de bienes y/o servicios).



Cabe resaltar que a pesar de la diversidad de conceptos ninguno es más válido que otro, en la medida que cada uno refleja la realidad de las empresas sociales de su país o región. Necesitamos identificar y conocer a las empresas sociales de nuestro país para formular estrategias ad hoc en distintos frentes (político, académico, etc) que nos permitan promover la creación de nuevas empresas sociales, y fortalecer y potenciar las existentes. Para ello, tener un concepto claro es el primer paso, pues sin esa base nada se puede construir.

Referencias:
1. Defourny, J., & Nyssens, M. (March 01, 2010). Conceptions of Social Enterprise and Social Entrepreneurship in Europe and the United States: Convergences and Divergences. Journal of Social Entrepreneurship, 1, 1, 32-53.
2. Recuperado Mayo 6, 2013 de http://www.bcorporation.net/
3. Recuperado Mayo 6, 2013 de http://www.muhammadyunus.org/
4. Márquez, P. C., Reficco, E., Berger, G., & SEKN. (2010). Negocios inclusivos: Iniciativas de mercado con los pobres de Iberoamérica. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo.
5. Alter, S. K., & Banco Interamericano de Desarrollo (Washington). (2003). Social enterprise: A typology of the field contextualized in Latin America. Washington, D.C: Inter-American Development Bank.

Fuente: http://www.up.edu.pe/aplicaciones/boletines/EmprendeUP/ver_articulo.aspx?idsec=185&idnum=15 

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